Fotografía de Argentina, bidimensional y objetos
La
fotografía se ha sobrepasado a si misma.
Con su
capacidad de emerger de la rutina de
“servir”, la fotografía ha
aprendido a ser.
La fotografía existe de los más diversos modos
dentro de lo utilitario y dentro de lo creativo. En cuanto a las técnicas, se pasea por la
tecnología tanto como por las impresiones más primitivas. Mientras que su función es multiple -reproducir, documentar, retratar, comunicar,
difundir-; su alcance al crear es infinito, independiente de que concrete
también una función. La fotografía coincide con su verbo, fotografiar, que
implica acción.
Tanto en las funciones como en lo autoral, pueden
convivir varias circunstancias y géneros artísticos. Esta exposición así lo
manifiesta. En Argentina, no predominó lo experimental en fotografía. Para motivarlo, esta curaduría ha incentivado
a algunos de los artistas hacia la vertiente tridimensional que aquí acontece.
Sólo Cristina Fresca viene trabajando en los objetos desde hace dos décadas, en
una personal vertiente y lenguaje que integra lo tridimensional a varios usos
de la luz. María Elena Machuca –pintora-, ha incursionado en la cerámica, la
fotografía, el dibujo y la estampa para instalaciones al aire libre,
registrando las sequías e inundaciones de su entorno, en el extremo norte del
estado de Santa Fe. Las sugerentes
fotografías bidimensionales de Sol Aramendi –ahora en el tema del ‘vinilo’-,
proponen aquí intervenciones en objetos con su propia historia. Sergio Fasola, el magno irreverente que
apunta con la luz de la ironía, crea a partir de lo análogo y lo digital en lo
bidimensional. Y en lo tridimensional revela las frustraciones debidas a la
burocracia aduanal que rompe las obras al revisarlas.
Adentrados en la impresión bidimensional, la
fotografía de Elda Harrington evoca nuestras diversas experiencias y sintetiza
una escena de un film en una sola toma.
Arturo Aguiar nos lleva a escenas ambivalentes y que refieren un estilo
manejado por la fotografía de moda y de publicidad. Esteban Pastorino acentúa
las experiencias modulares de la sociedad en espacios públicos, en extendidas
horizontales que casi siempre evocan sonido. Gerardo Repetto disfruta de la
experimentación en heliograbado, en incursiones no figurativas y recientemente
en video y objetos. Dentro del registro
de la cultura visual, esta exposición de ocho autores es una minicápsula de
comunicación.
Graciela Kartofel
AICA-PEN-CAA-ALAA-CRSA
Curadora
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